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Críminologia 

Para García de Mármol León (1997) “la criminología es la ciencia que estudia el delito en sí mismo, como hecho social, y al delincuente como ser biológico, como ser social, indagando o tratando de descubrir las causas que incidieron a la realización del hecho”(pp.10). Sin embargo cabe resaltar que “la definición o el concepto de criminología va a depender de la concepción que cada tratadista se forme o a la corriente que se suscriba” (García de Mármol León 1997, pp.9)

 

Siendo Venezuela parte de América latina se puede decir que su concepción y  ámbito en relación a la criminología queda restringido a lo jurídico tal como otros países de este continente que se rigen por esta concepción, según Gabaldón (2010) “la orientación predominante de la criminología latinoamericana es hacia la respuesta social hacia la criminalidad, especialmente hacia el sistema de justicia penal”.

 

 La críminología venezolana aun esta en busca de la definición de su objeto, y la misma se encuentra estrechamente vinculada a la denuncia, entendiéndose por denuncia la recriminación de un orden de cosas como inaceptables (Gabaldón, 1992, p.358).

Cabe destacar que en Venezuela el estado es el principal encargado de la prevención y tratamiento de la delincuencia y el delito, de este modo está en las manos del mismo aplicación de teorías o aportes dados por la criminología o por los criminólogos venezolanos o extranjeros a la sociedad, al igual que, Venezuela por ser un país periférico en ocasiones queda excepto de la  comprobación de la aplicabilidad  y la contrastación de algunas teorías criminológicas en el mismo que permitirían dar respuesta a sus problemas de delincuencia y delito, por ende “debe quedar claro que la criminología aún se encuentra lejos de encontrar una respuesta consolidada a la interrogante sobre las causas del delito” (Birkbeck, 2004, p.404) y más aun en este país Latinoamericano, que sigue importando teorías y paradigmas criminológicos, políticos y sociales que no ajustan a la situación real del mismo y que rompen más su estructura social, ya que la criminalidad en Venezuela se corresponde a si misma por ser una sociedad particular, con su también estructura política, socioeconómica y cultural (Cazorla,2008, p.94)

 

A pesar de lo expuesto con anterioridad,  podemos señalar que en Venezuela la criminología ha dado pasos avanzados a nivel de investigación, docencia y prácticas criminológicas (Encinoza, 1992, p.359), lamentablemenente estos avances no se han visto reflejados en la mejoría social, ni en el control del delito, ya que según  Encinoza (1992) “las deliberaciones académicas tienen que trascender los muros de contención universitarios” y concretar la pretensión de colocar a la criminología al servicio de las masas, buscando observando el delito ante todo, como problema social y comunitario, que necesita determinada caracterización por parte del investigador y de los entes interventores para aproximarse al mismo.

 
Teorias Críminologicas
Cliffor Shad y Henry Mckay “Ecología Urbana y Desorganización Social: la zona de las Bandas”.

Estos autores desarrollaron sus investigaciones mediante la medición cuantitativa del fenómeno utilizando estadísticas oficiales, intentaron evaluar empíricamente las propiedades explicativas de esta desorganización social sobre la delincuencia juvenil, como se ha venido comentando el concepto de desorganización social es fundamental en la escuela de chicago.

Esta idea expresa que los espacios de transición de una ciudad en plena industrialización o urbanización en los que generalmente existen altas tasas de delincuencia, las características sociológicas son muy especiales: alta movilidad, deterioro, decadencia, pauperismo, mixtura étnica, desintegración y desarraigo social, esto es, una carencia del control social informal que va desdibujando las normas convencionales que habitualmente regulan la convivencia.

Además ambos investigadores llegaron a la conclusión de que los jóvenes delincuentes no se diferencia de los no delincuentes en cuanto a factores o rasgos de orden individual (personalidad, inteligencia, etc.), sino, que, esencialmente, su comportamiento desviado se encuentra determinado por el barrio y el contexto en que se vive, de aquí que la realidad que presentan las bandas juveniles toma un gran valor dentro del análisis de estos autores.

En términos ecológicos las comunidades se expandían bajo un patrón concéntrico, donde el corazón de la metrópoli, simbolizado por las zonas comerciales y de negocios especialmente, va a determinar el crecimiento y organización de la ciudad en torno a él.

Los hallazgos obtenidos por estos investigadores permitieron plantear que es en el contexto de los barrios desfavorecidos donde surgen modelos delictivos, los cuales favorecen que muchos jóvenes prueben con la delincuencia juvenil (Garrido, 1987).

Los jóvenes de las clases sociales menos favorecidas son socializados de un modo que facilita el aprendizaje de conductas incontroladas y agresivas, donde no se observa una postergación de la recompensa y todo lo deseado se debe satisfacer inmediatamente, a todo esto se suma, la carencia de afectos por parte de los adultos, que dificultan a estos actuar como agentes eficaces de socialización.

La clase social media socializa a sus hijos bajo unos parámetros diferentes, imperando entre otras cosas valores ligados a: ambición, responsabilidad, cumplimiento de las normas, racionalidad, esfuerzo y trabajo como ejercicio para alcanzar el éxito, y respeto hacia la propiedad ajena se pretende conseguir que el joven desarrolle un nivel de autocontrol (cohen, 1971).

Para Cohen (1971) el problema para los jóvenes de las clases menos favorecidas aparece en primer lugar en el entorno escolar. Este contexto reproduce los mismos valores de la clase media, y los jóvenes de clase baja no hallan compatible sus estilos de vida y sus valores con los aquí propugnados. Esta incompatibilidad de normas y esa socialización “desacorde” hace que los jóvenes de las clases bajas que aspiran a alcanzar las mismas metas sociales de sus homólogos de la clase media, se vean en franca desventaja para obtener los logros académicos exigidos. Esta situación de “frustración de estatus” genera en definitiva, como resultado, un rechazo hacia la escuela y hacia los valores de las clases media, apareciendo las bandas y la delincuencia como dos formas de hacerle frente a lo convencional.

TEORIA DE LA ASOCIACIÓN DIFERENCIAL

la teoría de la asociación diferencial consta de dos partes complementarias. Una gira sobre el concepto de «organización diferencial» e intenta explicar la existencia de las subculturas delincuentes, así como la variación y distribución de las tasas de la delincuencia. Es el aspecto epidemiológico. La otra parte estriba en el concepto de «asociación diferencial» propiamente dicha y apunta a explicar los procesos de transmisión cultural y aprendizaje social. Dicho de otra manera, procura esclarecer por qué y cómo se difunden las pautas delincuentes y, además, cómo los individuos las internalizan y se van gradualmente convirtiendo en delincuentes. Es el aspecto psicosocial o de la conducta individual en cuanto expresión y resultante del influjo sociocultural.

Según Sutherland, la ciudad industrial moderna tiene una “organización diferencial”, es decir,se halla dividida en una serie de barrios que alojan, junto al convencional, legal y oficial, distintos sistemas normativos (subculturas) en mutua competencia por imponer su propio estilo de vida a los demás. Cada sistema lucha por subsistir y reproducirse, lo cual se lleva adelante fundamentalmente por la transmisión cultural y el aprendizaje social. Este a prendizaje social tiene lugar en el seno de grupos personales íntimos, donde padres, hermanos, parientes, compañeros, amigos, maestros, sacerdotes, delincuentes, transgresores, etc., transmiten pautas de conducta, las cuales van siendo gradualmente internalizadas por el individuo. Cualquiera de dichas personas, ya sean respetuosas de la legalidad o no, pueden alternativamente comunicar de manera consciente o inconsciente pautas tanto conformistas como desviadas. Estos grupos íntimos son, además, importantísimos porque mediatizan, filtran e interpretan la mayor parte de las experiencias e informaciones cotidianas de la comunidad incluso las procedentes de los medios de comunicación, e impulsan al compromiso con determinados valores,intereses y patrones de comportamiento.

Por lo tanto, la delincuencia, particularmente la sistemática y profesional, es producto de la transmisión cultural y el aprendizaje social. No es fruto de la improvisación o del azar, ni una conducta  irracional. De la misma manera que se hace un médico se hace un delincuente: aprendiendo y capacitándose. Si, en definitiva, durante el proceso de socialización descripto, los contactos con patrones de comportamiento criminal son mucho más frecuentes, durables, significativos e intensos, que con patrones de comportamiento convencionales, la conducta del individuo tenderá a ser criminal; de lo contrario, conformista. Sin embargo, para profesionalizarse como criminal no basta con el simple desarrollo de la predisposición o tendencia a serlo. Senecesita asimismo la oportunidad de integrarse, capacitarse, serpromovido y sostenido en un grupo criminal, lo mismo que el médico en un grupo profesional universitario. Deberá, primero, entrar en contacto con algún grupo semejante en un barrio en que esté disponible, luego deberá ser reclutado, lo cual no es automático, y por fin entrenado y habilitado para desempeñar el rol asignado.Por último, Sutherland señala siempre en el contexto de la tradición de la Escuela de Chicago, que, en el caso de este comportamiento criminal sistemático y aprendido, dicho aprendizaje involucra tanto las técnicas delictivas como los motivos, impulsos, racionalizaciones y actitudes específicos para la función. Evidentemente, hay que desarrollar una completa personalidad delin cuente, incorporando la jerga, el pensamiento, el sentimiento, las motivaciones y el modus operandi del oficio criminal.

Seguidamente, se presentan algunas conclusiones concernientes a la prevención de la desviación social y la delincuencia, derivadas de la teoría de la “asociación diferencial” de Sutherland, la cual en buena medida engloba la ecología social practicada por sus antecesores en la escuela:

La clave de la prevención de la delincuencia radica mayormente en la organización solidaria y participativa de la comunidad contra el comportamiento delincuente. Cuando adultos y jóvenes asumen mancomunadamente la responsabilidad del cuidado del bienestar de la comunidad y el liderazgo surge naturalmente de adentro, se corta la cadena de la transmisión cultural y el aprendizaje social de la conducta desviada. Por eso, siempre resultarán insuficientes e inefectivas las solas acciones preventivas originadas fuera de la comunidad.

Los grupos delincuentes deben ser transformados o disueltos. Así, se evitan el reclutamiento, el entrenamiento y el desempeño sistemático del rol criminal.

Deben emprenderse acciones solidarias, participativas y conjuntas de la sociedad general y de la comunidad barrial a fin de desterrar las condiciones físico

-ambientales, socioeconómicas y culturales, que fomentan el surgimiento de comunidades, como las villas miseria, en que son endémicos el delito y la marginación social. Todos los rincones de la comunidad barrial deben recibir los beneficios de las instituciones democráticas de la sociedad, aportando oportunidades de sustentar dignamente un hogar, de educación, trabajo, recreación, etc., especialmente para los jóvenes. Estos últimos deben, asimismo, contar con posibilidades de participar en asociaciones políticas, de derechos civiles, religiosas, artísticas, etc., donde les sea factible expresarse, canalizar sus inquietudes, desarrollar valores, sobre todo comunitarios, y disipar su alienación.

Desplazamiento Del Delito.

El desplazamiento se produce cuando los agresores cambian su comportamiento para evadir las acciones preventivas. Es lo opuesto a la difusión de beneficios. Es una trampa probable pero lejos de ser inevitable. Varias revisiones muestran que muchos programas de prevención situacional tienen poca o ninguna evidencia de desplazamiento y, cuando se encuentra, raramente compensa las ventajas de la prevención. Esta teoría ve el crimen como algo que se mueve alrededor de las medidas en cinco formas principales: 1) el delito se mueve de un lugar a otro (geográfica); 2) el delito se mueve de un tiempo a otro (temporal); 3) el delito se dirige de un tipo de blanco a otro (blanco); 4) un método delictivo reemplaza a otro (táctico); 5) un tipo de crimen se sustituye por otro (tipo criminal). En cada caso, la teoría asume que los agresores están obligados a delinquir, sin importar los impedimentos que enfrenten.

Para Felson & Ronald (1998), el delito se puede prevenir reduciendo las oportunidades. De no ser así, nadie se tomaría la molestia de adoptar ciertas precauciones rutinarias como, por ejemplo, cerrar los coches y casas con llave, guardar el dinero en lugares seguros, aconsejar a los niños que eviten a los desconocidos y vigilar la casa de los vecinos cuando no están. De hecho, tomamos todas estas precauciones cada día de nuestras vidas. Estas acciones podrían a veces desplazar el riesgo de ataque delictivo a otros objetivos. Para que esto no ocurra y conseguir mayores reducciones generales de los riesgos delictivos, la policía, el gobierno y otras instituciones deberían poner en marcha acciones más amplias encaminadas a reducir las oportunidades. Una idea similar orienta muchos enfoques para la prevención del delito, entre ellos:

–Métodos policiales orientados a la resolución de problemas.

–Aquitectura de espacios defendibles.

–Prevención del delito mediante el diseño ambiental.

–Prevención situacional del crimen.

Estos autores afirman que la reducción de las oportunidades no suele desplazar el delito. Todas estas formas de reducir las oportunidades de delinquir se han enfrentado a la misma objeción: no hacen más que cambiar el delito de lugar, pero no lo evitan. Esta teoría del“desplazamiento”considera que el delito es trasladado básicamente de cinco modos:

-El delito puede ser trasladado de un lugar a otro (desplazamiento

geográfico).

-El delito puede ser trasladado de un momento a otro (desplazamiento temporal).

-El delito puede ser desviado de un objetivo hacia otro(desplazamiento del objetivo).

-Un método de comisión del delito puede ser substituido por otro (desplazamiento táctico).

-Un tipo de delito puede ser substituido por otros (desplazamiento del tipo de delito).

En cada caso, se parte de la base de que los delincuentes deben cometer un delito, independientemente de los impedimentos que deban afrontar o, expresado en términos coloquiales,“lo malo acaba saliendo”. Cualquiera que sea la base de esta asunción, no tiene en cuenta el importante papel causal de la tentación y la oportunidad. Incluso en el caso de los delincuentes más comprometidos, la teoría del desplazamiento atribuye demasiada poca importancia al papel causal de la oportunidad. En muchos casos, las medidas preventivas disuaden a los delincuentes de realizar actividades delictivas adicionales. También pueden tener efectos positivos considerados en:

1.reducir la delincuencia más allá del foco de las medidas, lo que se conoce como difusión de beneficios; y 2. reducir la delincuencia antes de que la medida sea realmente implantada, conocido como beneficios anticipados. Sin embargo, las medidas preventivas no siempre logran los efectos deseados, algunas veces porque los delincuentes no están advertidos de las medidas establecidas. Por ejemplo, los criminales pueden continuar delinquiendo frente a la cobertura policial porque no perciben que el riesgo se ha incrementado. En otros casos, los delincuentes pueden ajustarse negativamente a las medidas implantadas. Esos ajustes negativos incluyen el desplazamiento y la adaptación a largo plazo.

-El desplazamiento ocurre cuando los agresores cambian su comportamiento hacia otras acciones delictivas. El desplazamiento es lo opuesto a la difusión de beneficios. Es una trampa probable pero lejos de ser inevitable. Varias revisiones muestran que muchos programas de prevención situacional tienen poca o ninguna evidencia de desplazamiento y, cuando se encuentra, raramente compensa las ventajas de la prevención.

-La adaptación se refiere a un proceso de largo plazo donde la población criminal en su conjunto descubre nuevas vulnerabilidades después de que las medidas preventivas han permanecido por un tiempo.

Prevención Del Delito

El Estado tiene la obligación de garantizar las libertades y derechos de la ciudadanía, preservar el orden y la paz públicos; para dar cumplimiento a tal fin, es necesario definir estrategias de combate a las conductas antisociales que resulten más efectivas y contundentes. En este contexto, resulta de vital importancia la participación de las áreas de inteligencia y análisis criminal, a fin de direccionar los operativos, a través del conocimiento de los puntos de mayor incidencia, redes delincuenciales y definición de prioridades.

La prevención del delito se basa en la idea de que el delito y la victimización se ven desfavorecidos por numerosos factores causales o de fondo, los cuales son el resultado de una amplia gama de elementos y circunstancias que influyen en la vida de las personas y las familias a medida que pasa el tiempo, y de los entornos locales, así  como situaciones y oportunidades que facilitan la victimización y la delincuencia.

 

 

Etapas De Aplicación De Las Estrategias De Prevención Del Delito.

En ocasiones se emplean ciertos términos para expresar las etapas en que cabe aplicar los programas de prevención del delito, con independencia del enfoque seguido. La tipología inspirada en el sector de la salud pública, que utiliza los términos de prevención primaria, secundaria y terciaria para señalar las etapas de una posibilidad entrada en el sistema de justicia penal, se sigue empleando con frecuencia, aunque no responde plenamente a la variedad de aspectos que entrañan la prevención del delito y la promoción de comunidades seguras:

-Por prevención primaria se entiende los programas o iniciativas destinados a las personas que nunca se han vistos implicados en el sistema de justicia penal, por ejemplo los programas para educar o alertar al público en general o a los jóvenes sobre la violencia, el acoso en las escuelas o el consumo de drogas.

-La prevención secundaria tiene que ver con los programas dirigidos especialmente a los niños y jóvenes que, preveía determinación de los servicios sociales o los sistemas de educación y justicia, corran riesgos de verse implicados en actos delictivos.

-La prevención terciaria se refiere a los programas destinados a las personas ya incursas en el sistema de justicia penal y/o que van a reinsertarse en la comunidad, y tiene como fin prevenir la reicidencia.

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